martes, 12 de junio de 2018

LA POLA "HEROINA POPULAR"


POLICARPA SALAVARRIETA


A pesar de ser uno de los personajes más populares y reconocidos entre los considerados como héroes de la independencia de la actual Colombia, sobre Policarpa, más conocida como La Pola no se tienen datos exactos referentes a su lugar y fecha de nacimiento. Tampoco se sabe a ciencia cierta su verdadero nombre, pues en algunos documentos figura como Polonia y en otros como Policarpa, y hay historiadores que aseguran que también se conoció como María Policarpa; pero sobre el que nunca ha existido duda es sobre la forma en que era conocida por sus contemporáneos: La Pola.
En cuanto a su lugar de nacimiento, son varias las poblaciones que se atribuyen el grado de ser la tierra natal de esta heroína, ellas son Guaduas, Mariquita y Santafé.  El dato no se conoce porque no existe ningún documento que lo compruebe, además, se sabe que tenía parientes en Guaduas y Mariquita, y que su familia se cambió varias veces de lugar de residencia, lo que hace aún más difícil conocer con exactitud el lugar en que nació.
Lo que si se sabe con puntualidad es que La Pola, junto con su padre, Joaquín Salavarrieta -oriundo de El Socorro, quien participó en la Rebelión Comunera de 1781 para luego dedicarse al comercio y la agricultura-, su madre, Mariana Ríos, natural de Moniquirá, y sus ocho hermanos (María Ignacia, Catarina, José María, Manuel, Ramón, Francisco Antonio, Bibiano y Eduardo), llegó a Santafé proveniente de la villa de Guaduas en 1789. Se acomodaron entonces en una casa en el barrio Santa Bárbara, y allí se encontraban en 1802 cuando la ciudad fue atacada por una epidemia de viruela en la que murieron los padres y dos de los hermanos de la familia Salavarriera Ríos.
Con la muerte de sus padres los hermanos Salavarrieta debieron separarse, pues la casa del barrio Santa Bárbara se encontraba infectada por la viruela y debía cerrarse.  José María y Manuel ingresaron como religiosos a la comunidad Agustina, ellos serían después los que reclamarían y darían sepultura al cuerpo de su hermana Policarpa.  Ramón y Francisco Antonio, viajaron a Tena para emplearse como peones en una finca y la hermana mayor, Catarina, regresó a Guaduas con los dos menores de la familia, Policarpa y Bibiano, quien más tarde sería miembro del ejército patriota en la campaña del sur liderada por Antonio Nariño.  En Guaduas, vivirían unos años en la casa de una hermana de Manuela Beltrán, madrina de bautizo de Catarina; un tiempo después, Catarina se casó con Domingo García y llevó con ella a sus hermanos.
Mientras vivió en Guaduas, La Pola trabajó como costurera, hasta el año de 1817, cuando, de nuevo con su hermano Bibiano decidió regresar a Santafé.  Al parecer, para este momento, la heroína ya había iniciado sus actividades de apoyo a los insurgentes de la causa patriota, pues a su llegada traía consigo una carta escrita por Ambrosio Almeida, líder de la guerrilla de los hermanos Almeida que operaba en el centro de la Nueva Granada.
Por recomendación de los líderes independentistas, habitó en la casa de Andrea Ricaurte mientras trabajaba como costurera, labor que le permitió pasar desapercibida como una experta espía; recolectaba información útil para sus copartidarios y servía de correo y enlace con las guerrillas del Casanare.
Al ser capturados los hermanos Almeida, en el mes de octubre de 1817, les fueron encontrados documentos que comprometían a La Pola. Unos días después se puso preso también a Alejo Sabaraín quien llevaba consigo un documento que terminaría de incriminar y comprometer a la joven Salavarrieta.  Así fue que en los primeros días del mes de noviembre, mientras La Pola se encontraba en la casa de Andrea Ricaurte, donde se hospedaba, fue apresada y recluida en el Colegio del Rosario, que entonces funcionaba como cárcel.
El Consejo de Guerra implantado por Morillo en 1816, encontró culpable a La Pola y la condenó a muerte el 10 de noviembre de 1817.  La ejecución se llevó a cabo 4 días después.  Sobre la forma en que murió existen varios relatos, pues desde el mismo momento de su muerte se convirtió en un importante personaje de la independencia, logrando que cronistas e historiadores relataran de manera detallada su vida y sus últimos momentos.  Se sabe así que hasta el último momento arengó de manera decidida la causa de la libertad y la victoria que deberían tener los patriotas sobre los realistas para obtener la libertad.  A ella se atribuye la siguiente frase, pronunciada en el momento de su llegada al patíbulo: “¡Pueblo indolente! ¡cuán distinta sería hoy vuestra suerte si conocierais el precio de la libertad! Ved que, mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más!”
Mayor información sobre Policarpa Salavarrieta en:
ARCINIEGAS, Germán.  Las mujeres y las horas.  Buenos Aires.  Editorial Suramericana.  1961.


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